............Contar una historia de sentimientos, cuando ese relato debe escribirse mientras las heridas del alma están cicatrizando, significa escribir presentes y no pasados…, al presente le cuesta ser pasado…, el pasado nunca llega mientras la ansiedad está presente.

............Un día de setiembre de un año muy reciente, conocí a una mujer que desempolvó mi vida, y cuando digo desempolvó, me refiero a que sacudió la quietud en la que estaba inmersa mi alma.

............Difícilmente hoy podría comparar el inicio de nuestra relación, con la visión de un lago espejado. La ausencia de la menor brisa no deja que se formen ondulaciones; si arrojamos una piedra, alteramos esa pasividad y generamos un sinnúmero de costuras en el agua que, al instante nuevamente desaparecen, retornando la quietud. Cuando del alma se trata, los sentimientos dejan ondulaciones que con el tiempo no desaparecen…, quedan cicatrices, o mejor escrito, marcas indelebles, pero esto sucede cuando se llega a un final. Cuando ese final podía predecirse casi desde el inicio…, la visión del lago en calma parece que nunca existió.

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Si bien el comienzo no tuvo nada que lo diferencie de cualquier relación entre un hombre y una mujer, ese vínculo naciente fue enriqueciéndose, porque decidimos escribirnos haciendo uso del correo electrónico; al inicio tímidamente, pero con el tiempo, pasó a revestir particular importancia cada carta que se escribía o contestaba. Mientras lo hacíamos, cada día tomaba más fuerza la idea de relatar esta historia en algún sitio de internet…, publicar cada correo. Esta idea fue complementándose con la de escribir un libro, que finalmente resultó en dos, en realidad, dos compendios de cartas. Estas cartas fueron separadas en razón de que el sentimiento con el que se escribieron unas y otras, las diferenció notablemente. Paralelamente debió sumársele, —aunque nunca termine de conocerlo— el aprendizaje del arte de escribir. Esto hizo que de la primera a la segunda serie de cartas, tanto mías como de la musa inspiradora, se fueran puliendo algunas simplicidades de la escritura cotidiana.

............La idea no terminó ahí, junto a quienes mantenemos vivo este sitio, decidimos que algo divertido sería dejar que cada visitante, al que lo motivaran las pequeñas cosas de la vida, y que en algún momento de su existencia, algo hubiera sacudido su alma, nos enviara la carta que transmitió ese temblor interno. Dicho de otro modo, esperamos que los visitantes —aprendices de escritores como nosotros— ayuden a construir un sitio donde, al menos por unos minutos del día, lo que vemos no puede ser comprado. ¡Esperamos tu carta!

............ Pero también, como no somos muy diferentes del resto del mundo, y aunque el costo de mantener este sitio no es muy elevado, decidimos poner en venta algo de lo que vemos y que también puede ser comprado; dos libros de cartas que cuentan una historia que dio origen a todo.

............Si te gusta la escritura y no te animas, empezá por escribir antes de que sea tarde, una carta del alma a alguien que te quiere. Todos tenemos un lector…, siempre vamos a tener al menos uno…, y ese lector hace tiempo que está esperando la tuya.

Ajenjo 29/07/00